• Establecer metas mensuales reales.

• Evaluar si tu precio actual es sostenible.

• Saber cuántas unidades debes vender para pagar sueldos, gastos… ¡y tu propio salario!

• Detectar si tu negocio necesita ajustes antes de seguir invirtiendo.

Según Forbes, el 80% de los pequeños negocios que conocen su punto de equilibrio sobreviven más allá de los primeros dos años.
Los que no lo hacen… bueno, ya sabes el final de esa historia.

Son todos esos gastos que tienes que pagar aunque no vendas ni una unidad.
Ejemplos comunes:

• Alquiler del local u oficina

• Sueldos

• Servicios (luz, agua, internet)

• Marketing

• Licencias o seguros

Si todos los meses los pagas “sí o sí”, ¡son fijos!

Es el precio al que vendes tu producto o servicio por unidad.
Por ejemplo, si vendes galletas a $5 cada una, ese es tu precio de venta unitario.

No incluyas aquí promociones, combos, ni ofertas especiales. Usa el precio promedio real de venta.

Es lo que te cuesta producir o comprar una sola unidad de tu producto o servicio.
Incluye:

• Materia prima

• Mano de obra directa

• Empaque

• Costo de envío (si lo cubres tú)

💡 Si vendes servicios, el costo unitario puede ser el tiempo pagado a un colaborador o tus propias horas facturadas.

Hay dos formas:

1. Reducir gastos fijos: renegocia la renta, optimiza servicios, reduce lo que no aporta.

2. Aumentar el margen de ganancia: sube precios o baja tu costo unitario.

¡O ambas! 🧠

Sí, funciona para:

• Negocios físicos (restaurantes, tiendas, talleres)

• Servicios (diseño, asesorías, limpieza)

• Negocios online (e-commerce, cursos, suscripciones)

Solo asegúrate de usar datos reales y actualizados.